De Carme a la Sugrañes

Carme Sugrañes, barcelonesa nacida en 1915 estuvo motivada desde joven para hacer deporte y sus padres siempre la apoyaron. Con apenas 16 años ingresa sin conocer a nadie en el recién creado Club Femení i d’Esports, un club popular y exclusivamente femenino de la ciudad. Es la socia 68, una de las primeras, aunque parece que en este primer año Carme no participa en ningún deporte. Es muy probable que las responsabilidades familiares que conllevaba regentar el hotel Tibidabo que se encontraba en la cima de la sierra se lo pusieran difícil para compaginar horarios. En 1930, sin embargo, ya aparece en las alineaciones de baloncesto y atletismo donde es una asidua. Asimismo, aunque menos, practicó tenis y remo.


Es en esa época cuando Carme, junto a sus compañeras, Rosa Castelltort, María Morros o Carme Pascó, se vuelve popular como lo confirma el hecho que aparecería elegida, tras ganar un concurso de disfraces, como Miss en Xut!, una publicación deportiva satírica de aquellos tiempos.

Con 17 años combina su trabajo en el hotel con el de mecanógrafa en un despacho, en la casa de neumáticos Hutchinson. Para ello debe sacar horas para entrenar y desplazarse ya que las distancias del hotel hasta el campo del club y todavía más, hasta el estadio municipal (posteriormente olímpico) son muy grandes.


En su etapa como atleta, de la que hasta ahora es la única que se ha investigado con detalle, destacan los títulos de longitud, la prueba donde más destacaba, en los campeonatos de Cataluña de 1932, 1933 y en los de España de 1933. También ganó individualmente la prueba de vallas en los campeonatos de España de 1933 y con el equipo de relevos del Femení, el equipo de toda su actividad atlética, cuatro títulos de relevos. Su mejor marca oficial en longitud, 4.60 metros, fueron record catalán igualado hasta la guerra civil. Se tiene constancia que en un entrenamiento llegó a saltar 5.30 metros.


Su actividad atlética se combinaba con la del baloncesto. Esto cambia cuando a finales de 1934, el convulso momento político derivado de los hechos de octubre, provoca que el atletismo femenino sufra una crisis. Es entonces cuando Carme se dedica ya solo al baloncesto que aún goza de algunos encuentros.

Con el tiempo pasó al Laietà compartiendo equipo con compañeras del Femení como María Morros, Antònia Jerez, Conxita Torres o Conxita Mirapeix. Ahí coincidió también con Encarnación Hernández y como entrenador con Fernando Muscat, con quien se casaría y formaría una familia ya pasada la guerra.

Carme murió en 1998.


Colaboración especial de Daniel Justribó, autor del libro "Feminitat, Esport, Cultura".