El regreso de Fernando Muscat

El 31 de mayo de 1936 el Laietà y la Federació Catalana de Basket-ball rendían homenaje a uno de los grandes jugadores de la época, Fernando Muscat, con un Festival-Homenaje con motivo de su retirada. El aragonés ponía rumbo a Madrid por motivos laborales, y su club y la federación territorial organizaron una jornada que incluyó una exhibición de tenis y concurso de natación en horario matinal, y partidos de baloncesto por la tarde. Además, un banquete por la noche como broche final.

Fernando Muscat era una de las grandes estrellas del baloncesto catalán, y por extensión del basket-ball nacional, y en el momento de su adiós a las pistas se reconocía tanto sus habilidades baloncestísticas como su nobleza y deportividad. Considerado como modelo ejemplar de jugador, respetado incluso por las aficiones rivales, hizo siempre gala de un talante honesto así como gran nobleza y caballerosidad.


Cuando sobrevino la Guerra en España, los sueños deportivos quedaron relegados a un lugar recóndito de la memoria con los Juegos de Berlín del 36 como losa para un deporte que se había estrenado por todo lo alto a nivel internacional con el subcampeonato en el primer Eurobasket de la historia, celebrado en la primavera de 1935 en Ginebra.


Una vez acabada la contienda, en enero de 1940 la portada de Mundo Deportivo anunciaba la reaparición del legendario Fernando Muscat, que volvía a su Laietà para aportar experiencia a un plantel que tenía grandes esperanzas en su equipo juvenil... comandado por Kucharski y Paco Esteva y que le daría grandes alegrías a corto plazo al club decano del baloncesto en España.

Pocos días después de aquel retorno, Fernando Muscat contraería matimonio con Carme Sugrañes, y juntos emprenderían el tradicional viaje de novios. Pero aquella luna de miel concluiría con cierto adelanto, puesto que el regreso se precipitó para que Muscat pudiera participar en un decisivo choque contra el Hospitalet de Marcel-lí Maneja que dilucidaba el liderato en la liga aquella temporada.